Finalmente mi ama cumplió sus "amenazas" -por llamarlo de alguna manera por que no me pidió ni opinión y un día desembarco en casa Mario... Yo cuando abrí la puerta, y vi un tipo tan grande con maleta, pensé que era un primo o algo, o lo quise pensar, por que pronto se me encendió la bombilla... no se, es algo que se percibe, sera el olor a sumisión, pensé con ironía..
Intentaba llegar a todo, pero la casa era enorme, cando entraba por las puertas lo que menos me apetecía era ponerme a limpiar y ordenar,preparar comida... luego llegaba ella y claro esta, mientras recogía la cocina no estaba con ella, cuando llegaba la hora tan deseada de sentarme a sus pies yo estaba exhausto, me comento una o dos veces que era necesario buscar ayuda para la casa, pero no dijo nada mas, hasta que llego el.
Y lo peor de todo es que llego para quedarse, era al menos 5 años mayor que yo, pero se veía una persona curtida, que había viajado, conocido mundo, era culto, educado, afable, muy discreto y eficiente, enormemente eficiente... O sea, tenia las ideas perfectamente claras, para él, mi ama y ahora también la suya, era la oportunidad de vivir la vida que el deseaba.. más tarde y con los años me comento que el la conocía desde hacia tiempo y que sabia que era su ultima oportunidad por la edad que ya tenia de ser totalmente el y totalmente feliz.
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Estaba a prueba, así que claro, infeliz de mi, pensé que había que estropear aquello como fuera..., hay que ver lo ilusos que somos a veces... si no era Mario, tendría que ser otro, desde luego la ayuda era necesaria, o eso o tendría yo que dejar de trabajar cosa que ella no quería, hacia fuera, eramos un matrimonio normal, nuestros trabajos independientes nos permitían un buen nivel de vida, ademas a mi me gustaba lo que hacía y aunque ella manejaba todo el dinero, tenia claro que ante una eventual ruptura deseaba mantener la independencia económica de ambos...
Así que... paso lo que mas teme cualquier hombre y cualquier esclavo.
El shock inicial fue, tremendo.. se me debió notar aunque claro esta no me atreví a decir nada, ella, lo instalo en el sótano durante el periodo de prueba y le dio instrucciones claras de como debía hacerlo todo, y que cuando no estuviera trabajando no lo quería andando por la casa, tenia que regresar a su cuarto, Así pues, la casa estaba sorprendentemente limpia, la comida preparada, todo en su punto. De pronto me vi deseando hacer trabajos que antes odiaba, lo que es el ser humano, egoísta para todo :).
Mario la recibía del trabajo y se retiraba, comíamos solos hasta que nos levantábamos y ella tocaba la campanilla, subía entonces mario, lo recogía todo y a veces ella le ofrecía que se quedara un rato con nosotros, en aquellas ocasiones se sentaba detrás del sofá como si no existiera, si no nos dirigíamos directamente a el, no hacia el mas mínimo comentario, la casa empezó a funcionar muchísimo mejor, y claro esta yo a tener mas tiempo para dedicarle a ella, que me sorprendía con nuevas tareas bastante mas gratas que las anteriores., aun así, me resultaba antipático, lo detestaba.
Además de esto, Mario poseía una pequeña renta en España, que aportaba a la casa, ella, guardaba la mitad para él , por que en caso de que alguna vez por fuerza mayor prescindiera de sus servicios deseaba que tuviera una base para reemprender su vida, pero con el resto de la renta, nos permitíamos lujos extra que antaño por falta de tiempo sobre todo y también por prudencia económica nos negábamos, tenia finalmente que admitir que la llegada de Mario nos beneficiaba en todos los sentidos... o en casi todos...
No podía evitar sentir unos enormes celos interiores, que ya me guardaba yo mucho de expresar, pero que me corroían, así, como un niño pequeño, le criticaba o afeaba cualquier posible fallo ante ella, o pillaba enormes rabietas que me callaba por miedo y que me ennegrecían la sangre.
Mi ama no tenia apenas trato intimo con el, estaba claro que como hombre le interesaba poco o nada, se limitaba a azotarlo periódicamente con vehemencia o a humillarlo si algo no estaba como ella deseaba... por lo demás, guardaba castidad como cualquier esclavo y ella a veces le obligaba a permanecer delante cuando teníamos cualquier tipo de encuentro sexual, si yo la satisfacía oralmente, el era obligado a estar presente, esto por dentro me alegraba, ella, quería dejar clara cierta jerarquía y demostraba que el era un criado y no mas, mientras que yo era el esclavo que la servia directamente, pero, su sola presencia, me recordaba que algún día también se podían cambiar los papeles... Mario, cuando mi ama disfrutaba conmigo miraba ensombrecido y jamas decía nada, aunque se podía apreciar que comprendía su papel y su función y aunque tenia cierta envidia, superponía las necesidades, caprichos y deseos de Erika a los suyas propios...
Finalmente, ella decidió que se quedaría a vivir con nosotros y entonces ordenó habilitar un pequeño espacio en la zona externa de la casa de tal forma que nosotros tuviésemos total intimidad dentro de la casa y el estuviera lo suficientemente cerca como para cumplir sus funciones.
No se como ni por que, pero aquello, el tener que aceptar que aquella presencia iba a ser ya permanente, aumento mi disgusto... de algún modo era como si la presencia de Mario expusiera cierto fracaso mio a poder llegar a todo, era como si yo fallara y Erika hubiera tenido que suplirme. Racionalmente era comprensible que siendo la casa tan grande y con tantos recovecos y trabajando ambos tan lejos y con jornadas a veces tan largas se hacia necesaria una ayuda en la casa, lo que no entraba en mis planes es que esta fuera permanente y que fuera otro hombre y sobre todo otro esclavo... además la perfección de él y la satisfacción de ella me corroían aún más, parecía increíblemente esforzado y perfecto.
Ahora pasado el tiempo comprendo que mi actitud era machista y egoísta a pesar de ser una casa en la que imperaba la voluntad de una mujer. Así que paso lo que tenía que pasar. Erika, me llamo y me expuso su disgusto, aunque sorprendentemente y según ella me dijo ese día, comprendía que me sintiera inseguro -muy comprensiva la veía yo ese día-... Me dijo también que me iba a permitir que comprendiera cuanto me quería, esa noche, yo, iba a estar con ella totalmente, a tener sexo convencional con ella tantas veces quisiera -yo que estaba bastante reprimido y que llevaba el cinturón de castidad con gran frustración- no me lo podía creer, a priori pensé que me había salido con la mía, que mi lugar y presencia en su vida salían reforzados... sin embargo ella me dijo que me proponía un trato, y que me ofrecía esa noche en que ella me pensaba amar sin medida, a cambio de un castigo indeterminado...
Y pobre de mi, seguro de "mi nivel" acepté.
Continuará
domingo, 21 de septiembre de 2008
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